viernes, 7 de junio de 2013

Mochileando: Vietnam de sur a norte

El primero de junio comenzó con un vuelo a Ho Chi Minh (también se le dice Saigon), una ciudad en el sur de Vietnam, para toparme con Andrea y así comenzar este viaje.

A esta argentina la conocí mi primera semana en Jakarta. Ella también estaba con Aiesec, trabajando en una compañía primero en Malasia y después en Indonesia. Ese día hablamos un poco de nuestros planes de viajes y por pura coincidencia teníamos la misma idea para las mismas fechas. Encontré a mi compañera para esta aventura. Después fuimos a Bali y comprobé que estamos igual de locas, así que iba a funcionar perfecto.

El sábado llegué al hostel un poco tarde, en la madrugada, después de pelearme con el taxista porque me quería estafar (y ya no caigo). El día siguiente sirvió para planear todo el recorrido y ver un poco la ciudad.

Primeras impresiones: Vietnam es el país de las vespas. Hay miles, pero no es tan impactante como Jakarta, sigue ganandose el premio con la cantidad. Lo curioso de aquí es todas son vespas y ya prometimos que no nos vamos a ir sin manejar una.

Ho Chi Minh es lindo, tiene parques y tiene verdes, cosa que ya me había desacostumbrado a ver. Lo interesante de este lugar es que tiene mucha historia de guerra, se escucha hablar mucho de ella todavía y las consecuencias fisicas y emocionales se ven en la gente, es muy reciente.

Hicimos un tour para ver los tuneles de Cu Chi, como a una hora de Saigon. Los vietnamitas son bien inteligentes. Durante la guerra construyeron todo un sistema bajo tierra conectado por tuneles para esconderse ahí de bombardeos y salvar a su gente, con salidas de aire, agua y hasta cocinas que no tiraban humo para no ser descubiertos. Es como ver ese juego para niños donde uno metía hormigas entre dos plásticos y se podía ver los tuneles, así.



Nosotras de hecho caminamos por los tuneles, es muy impresionante sentir que uno está donde hubo historia, donde volaron muchas cosas en realidad... Yo no pude estar más de dos minutos adentro, cada vez ibamos más para abajo, con menos espacio (uno va casi de cuatro patas), con menos luz, el aire cada vez más denso y más caliente y sin vuelta atrás, porque viene gente y no hay campo para dar vuelta. Fui feliz cuando salí.



De camino el guía nos contó su historia, bastante triste. El no quería pelear y estaba obligado a convertirse en soldado, entonces se hizo traductor oficial y más bien terminó trabajando para la CIA. Dice también que se acuerda que estando más pequeño, su papá hizo tuneles en el jardín de su casa y se acuerda cuando militares entraron a su pueblo, de tener mucho miedo. Dice que perdió a muchos amigos y gente que quería, y que pasaron hambres. Y que nadie nunca volvió a ser el mismo después.

Fuimos al museo de la guerra también, bastante antigringo, por supuesto. Tenían varios pisos de exposiciones de fotos muy gráficas con todas las torturas que sufrieron los vietnamitas, muertos, y después habían fotos de todas las consecuencias físicas en las personas de las bombas, bebes y niños con malformaciones terribles. Yo no pude terminar de verla, me tuve que salir. Tenían también un tributo a todos los fotoperiodistas que murieron cubriendo la guerra.



La original

Fuimos también al Cao Dai Temple. Cuando llegamos no entendíamos muy bien de que religión era, porque no seguía ningún diseño específico, muy raro. Adentro estaba pintada con nubes y tenía columnas rosadas con dragones. Después investigamos y esta nueva religión es basicamente una mezcla de todas las religiones, desde cristianismo e islam hasta hinduismo.







Ven que raro...



En el hostel conocimos a los chicos con quienes compartimos el cuarto, unos ingleses que simplemente renunciaron a su trabajo y dejaron todo para viajar 6 meses por Asia. Cada vez es más comun toparme con gente así, viajera. Hemos visto que aquí hay mucho turista inglés y francés, a diferencia de Indonesia por ejemplo, que esta lleno de Australianos.

Volviendo a los chicos, nuestro último día ahí nos fuimos a un bar con ellos (Ho Chi Minh es famoso por su vida nocturna, hay muchos muchos barcitos) y terminamos a las 4 de la mañana discutiendo el conflicto entre Argentina e Inglaterra por las Malvinas. A mi me hizo gracia, ellos peleando en serio y yo sin decir nada, mi único comentario, porque no podía ponerme del lado de ninguno, fue que Costa Rica no pelea con nadie, que ni tenemos ejercito.



Novias


De ahí tomamos un bus y nos fuimos para un pueblito costero, Mui Ne. Esa fue nuestra segunda parada. En realidad solo estuvimos un día, paramos para ver unas dunas enormes. Son famosas porque estamos en clima tropical y es muy raro este tipo de paisaje aquí.



Mar Chino





Fuimos a ver el amanecer a las dunas y a la vuelta nos quedamos dormidas más de lo que debíamos en el hotel. No alcazamos a comprar los tiquetes del bus y solo hay uno diario, asi que nos tuvimos que quedar una noche más. Ya vamos con un día de atraso en nuestro calendario, pero no importa, estamos paseando...  



Andrea








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