viernes, 10 de mayo de 2013

8 días en Bali


Me enamoré de este lugar. Suena muy cliché, pero es que todo lo que había escuchado de la isla y de su “magia” es cierto.  Esta lleno de terrazas de arroz de camino a Ubud, tiene selvas y playas increíbles, aunque Costa Rica no se queda atrás con esto, miles de templos, ofrendas de flores en cada puerta, vistas desde acantilados de mucha gente surfeando, ofrecen masajes y yoga en cada esquina, está lleno de mercaditos locales,  mariscos buenísimos, monos ladrones, bailes típicos y mucha gente contenta y amable.

Para empezar, creo que parte importante de los viajes es la gente con la que lo compartimos y no solamente el lugar. Esta parte del paseo creo que fue de las más lindas para mí. En total éramos 9, asiáticos, europeos y latinos, y no todos nos conocíamos. Simplemente nos juntamos amigos de Aiesec y amigos de amigos y se armó el grupo.

Una parte del grupo

Fue súper interesante la mezcla de gente y culturas, porque en cualquier conversación, por más simple que fuera, cada opinión venía de un contexto diferente y de culturas completamente opuestas. Las discusiones eran mucho más completas y creo que todos lo sentimos. Fue muy claro que los latinos pensamos más con el corazón, somos más dramáticos y decimos lo que pensamos, más improvisados. Y fue muy bonito ver también que aunque somos tan diferentes, tenemos cosas en común. Al final, todos coincidimos aquí y somos parte de Aiesec por la misma razón.

Pero bueno, de vuelta al lugar. Estuvimos más que todo en el sur de la isla. Nos quedamos en Legian y en Kuta, que son lugares famosos por el ambiente de fiesta (teníamos a un cumpleañero en el grupo que creo que tuvo el mejor cumpleaños de la vida).

Se me pareció un poco a Tamarindo o Flamingo o lugares así, con muchos hoteles, restaurantes, bares de todo tamaño, fiestas, drogas (ofrecen hongos cada 5 metros, hay hasta servicio Express). Está lleno de gringos y australianos, muchos australianos, ardidos por el sol y borrachos. En realidad yo no me hubiera hospedado aquí, pero la mayoría gana. 

Fuimos también a Seminyak, una zona cerca de Kuta, parecida porque está llena de restaurantes y tienditas pero es un poco más elegante y hay menos gente.


Atardecer en Seminyak


Todavía más al sur está Bukit Peninsula, Bukit significa montaña. Esta parte de Bali tiene las mejores playas,  arena blanca y el color del agua impresionante, y está llena de gente surfeando.






Y mi lugar favorito. Ubud. Estuvimos ahí solo dos días, que se me fueron volando y quede con todas las ganas de volver. Queda en el centro de Bali y el paisaje definitivamente es diferente al sur. De camino lo que se ven son campos de arroz y la arquitectura de los pueblos va cambiando conforme uno se acerca a la ciudad, cada vez más y más templos. De hecho, toda la arquitectura de la isla trasciende lo visual y tiene un significado religioso (son 95% hindúes y no musulmanes como el resto del país).







Esta es la entrada a cualquier casa

Aquí se puede apreciar realmente la cultura, es mucho más tranquilo y hay otro tipo de turista, más viejos y más que todo europeos. Si alguna vez planean venir, les recomiendo pasar varios días aquí. Yo me quedé corta. 

Caminamos por la ciudad y fuimos al Bosque de los monos, que es un bosque con tres templos hindúes abandonados, habitados en realidad solamente por monos que ya están acostumbrados a los turistas. Me encontré con uno que trató de quitarme la cartera.







También pasamos por el Palacio Real, aprovechamos para probar la comida tradicional, cerdo y pato (me enchile por vez número 1000 porque me siguen insistiendo que “no es picante”), e hicimos una tarde para mujeres.  Fuimos a comprar al mercado local (el regateo es muy importante, las cosas se venden casi por el 20% del precio inicial) y después nos hicimos el mejor masaje que nos han hecho. No se si era porque estábamos agotadas porque dormimos entre 3 y 5 horas cada día durante los 8 días, o simplemente son así de buenos, pero todas nos quedamos dormidas al final…


Entrada al Palacio Real



Plato típico: Cerdo, vegetales, arroz y morcilla (eso no me lo comí)










Mercadito 

Un “must” aquí son las visitas a los templos. Hablando en serio, deben haber más de un millón. Nosotros visitamos algunos de los más importantes y los que nos quedaban cerca o de camino al siguiente lugar. Los templos se llaman “pura”, así que todos comienzan con esta palabra.

Pura Tirta Empul fue de los que más me gustó. Queda cerca de Ubud, es una naciente de agua sagrada. Los hindúes creen que esta agua tiene poderes mágicos. Lo que hacen es hacerle ofrendas a los dioses (he aprendido mucho de la religión… tienen una trinidad que adoran, Brahma, Shiva y Vishnu) dejándoles flores e incienso en el templo y bañándose en esta agua para la buena suerte. En realidad dejan estas ofrendas en todas las entradas en cualquier lugar en Bali, es lindísimo.









Otro templo muy conocido es Ulu Watu, queda en un acantilado en el sur de la isla, y es uno de los mejores lugares para ver bailes típicos porque lo hacen en el atardecer y la vista de los bailes, el templo, y el acantilado, es impresionante.





Los bailes son otro tema. Hay varios tipos y todos cuentan una historia diferente. Nosotros vimos kecak, que cuenta la historia de Ramayana (ya había visto esta historia en Yogja pero con otro tipo de baile). Kecak es diferente a los demás tipos porque no hay música, sino que tienen un coro de 70 hombres “cantando”, que es más como haciendo un sonido de “Chak” que cantando. 




Además de todo esto que vimos, decidimos ir a unas islas muy cerca de Bali, las Gilis, por recomendación de todos los aiesecrs e indonesios que conocemos. Son tres islas pequeñitas, Gili Trawangan, Gili Meno y Gili Air, mucho más rústicas que Bali, con playas más bonitas y con menos gente.

Según nosotros, si salíamos a las 6 de la mañana podíamos llegar ahí a las 9 y devolvernos en el ferry de las cinco. La cosa es que salimos a las 6 y llegamos a las 11 y media… La hora indonesia es como la hora tica… Así que decidimos quedarnos a dormir (no llevábamos más que la cartera y la ropa que teníamos puesta) para aprovechar todo el día y el día siguiente. Fuimos a hacer snorkel y a nadar con tortugas, el guía no supo decirnos que tipo eran, solo vimos comparándolo con nuestro cuerpo, que eran enormes. Y comentando al final del viaje, casi que todos opinamos que aunque todo fue impactante, este fue el mejor momento del paseo.




Y eso fue Bali para mí. Fueron 8 días muy intensos, mucha playa y sol (mi cámara sufrió un accidente con arena, todavía no se que va a pasar…), muchos templos, con mucha información que procesar, muchas nuevas amistades y experiencias que espero que no se me olviden nunca. 

2 comentarios:

  1. Mari qué chuzo!!! Está todo increíble, los lugares, la gente, la cultura, lo que estás aprendiendo... es que Asia definitivamente es otra cosa. Ya terminaste el voluntariado??

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